miércoles, 2 de septiembre de 2009

Corazón de memoria

Ahora recuerdo sin gravedad
cuánto tiempo esbelto
cayó desde el principio
del mundo de nieve
que inventaste

De eso hace quinientos años

No olvido principalmente el alud
que bajó terrosa la ilusión
congregada tan alto
en la cumbre de la inocente edad

Hoy con mis cabellos sucios
y el corazón adicto
a la emoción de ser
soy capaz de subastar
la presa fácil de mi amor fallido
del paso por el pasado
bla bla bla
y no hay apuestas

Chau

DIA DE PESCA

Una mañana acompañé a mi Padre al pozo
oscuro del río
Nadamos con la caña en la boca
hacia la orilla
y en los húmedos rastrojos
me enseñó a cebar el anzuelo
con lagartijas disecadas por el verano
y dormitamos entre los bejucos
sueños de sus antepasados

Hablaba solo o murmuraba algo que había leído
de Anton Chéjov mientras yo soñaba con pescar la ballena
asesina y de pronto vio una piedra y otra más
parecida a un enano prehistórico según sabía

Después de todo
era lo mismo

El fósil permaneció allí
en la ribera como un monstruo sin cuna
junto a las chicharras quemadas
y él dijo que a ciertos enanos
la sequía los dora y los petrifica
para espantar a los pájaros y asustar
a los niños realengos que huyen
de los rigores de la escuela

Regresamos al anochecer
hartos de tanto rocío
con los bolsillos
repletos de gusanos

De primavera en Grecia con mi Padre

Para Leo



Íbamos hacia el pie de monte y a mi Padre
le pareció sentir entre los surcos un olor a fango

son frutas de este tiempo
en los campos de Atenas durante la primavera
le digo

y él alza una mirada centinela hacia
las nubes y en segundos monta el campamento
porque aquí en el monte nada nos hace libres
y si estuviera el vergel allá arriba
puede haber una emboscada
en el nidal de las orquídeas

lo mejor es apuntar este presagio
con un arcabuz hijo
dame el rifle
pásame el fusil
y aguárdame en el follaje

De pronto crispa sus manos
Hace una señal
descendemos
de vuelta a casa

Y si esta noche vienen a buscarnos
saltaremos entre las vigas
a romperles el alma

Son gente a las que hay que tratar como alimañas
pásame el fusil
alcánzame el bastón
tal vez las armas de fuego no sirvan para nada
dame tus cuchillos
cuida de tu hermano
no permitas que te acorrale el cansancio
ni hables de las frutas de Grecia con nadie

Esa noche
toda la noche
las estrellas el agua los grillos los mirlos
el viejo campanario las gaviotas
aquella mujer que no habla
un niño echado de rodillas
otra mujer hablando sola
la misma mujer mirándonos desde la pila
los sudores las piedras rasguñando el alba
el estero las estrellas coaguladas

esa noche
toda la noche
una canción lejana
un gemido proveniente del refugio del mendigo
una bandada de pájaros surcando el espacio caliente

esa noche
toda la noche
se desparramó la primavera
y ya están aquí Viejo
toma el arpón de mi abuelo Padre
sacudeles los huesos Camarada

yo te guardaré las últimas estampillas.



Buenos Aires, 2O agosto 2OO6

Noche de vigilia

A Manuelapa



Lejos del camino rastreamos sus pisadas

nuestros hermanos habrán de verla más cerca
como en nosotros anida los poros del horizonte

Mi Padre
acostumbrado a olerla
me dice
allá por lo bajo
esos caballos jadean por algo
y tú y yo por el relente y el cansancio
que nos persiguen el corazón desde la tarde

Así es ella

Cuando la noche
nos adentra al refugio
oímos los quejidos
y él ve claramente las retinas
de los camaradas esparcidas
en el aire caliente surcando
la sabana


No dormimos
atentos a las víboras

Quizás ella venga
por nosotros
de un momento
a otro.

NOCHE FIERA

Las mariposas comen cuanto pueden
de las ranuras de los árboles más altos

Mi padre les alcanza mieles con su lanza filosa
y les prodiga migas a las hormigas
que extrae de sus alforjas

Camina descalzo sobre las piedras
y se zambulle en el agua

Cuando una nube de sangre cubre cautelosa
la ribera y él sale a flote como un submarino
yo le canto la zona de los gusanos
que lo esperan
bajo el chubasco

Verdes
en fila india
sedientos del secreto

Yo lo diviso apenas
entre los demonios de la noche

Tantas serpientes
que lo aguardan
como yo a su mirada
de anfibio muerto de risa
entre las begonias

No es demasiado tarde
para regresar casa
me dice

Apaga la fogata
Y borra las huellas

El humo los despistará hacia al oeste
Nosotros vamos rumbo el sur
por alimentos en esta noche fiera


Lo dice esta brújula
hijo mío
Lo digo yo
No nos alcanzarán
por este sendero

No conocen el bosque

Sígueme en silencio

VISPERA

Por momentos las aves y las hormigas
y los cazadores y los gavilanes lo pierden en su sueño

Sobre la maleza telúrica
la pampa vuelve a su corazón de origen

Mi Padre entonces se despierta animado
y cada vez que se va a morir
yo lo sé por las pisadas del toro sobre las piedras
y Él entona la canción del alfabeto

El aire alquímico bate
las iguanas callosas
y caen al follaje
y El se levanta izando un quejido
sobre la sabana

Cuando mi Padre se va a morir
el monte palidece más
se vuelve blanco de pura espuma
como un mar soñado en Grecia donde vivió
hace siglos

Cuando se va a morir
los cazadores se reúnen y hablan
de sus hazañas con sus mujeres
y las aves y los indios y los gauchos desaparecen tras una nube
del otro lado del mar
hacia el río
hacia el abismo
hacia la nada solitaria
donde el tigre custodia el rastrojo
donde duermo

Cuando mi Padre se va a morir no hay luna
ni sed no hay ahora no hay letra en la llovizna tierna
y El no termina de despegar del ombligo de la tierra

No termina No concluye y a su lado
las luciérnagas lo alumbran
No se va
No dice que se va
cuando se va a morir

Abre un sendero hacia la luz
y nos despedimos de la primavera.

Buenos Aires, agosto 2006