lunes, 20 de marzo de 2017

lunes, 26 de agosto de 2013

sábado, 19 de marzo de 2011

LOS IDOLOS ROTOS DE ELIZABETH FUENTES Y SU ABUELO DESALMADO

LOS IDOLOS ROTOS DE ELIZABETH FUENTES Y SU ABUELO DESALMADO
Federico Ruiz Tirado

El tenor escrito y fónico de Elizabeth Fuentes , por más “politizado”, chancero e incisivo que le parezca a much@s, siempre lo delata una liebre que salta cándida, digna de un diván, si es que ya no pernocta semanalmente a lo largo de uno de ellos, en las policlínicas de aquellos especialistas que trajinaban con la psique de los demás, durante los años dorados del “Si Podemos, somos MAS”, cuando se entregaron indistintamente a Freud, a Lacan, a Bhartes, pero vivieron la moda que impuso en el mundo la obsesión por Wittgenstein. Filosofía y terapia. Hablo de París, de Viena, incluso del Buenos Aires de Videla y de la España recién destapada por la muerte de Franco. No tengo dudas que Petkoff, azuzado por el prosélito Oswaldo Barreto, metió sus narices en semejante entresijo ideológico y sofisticadamente excepcional, porque fenómenos como ese son, digamos, inmanentes a esa inteligencia suya que hace que todavía Roberto Malaver le siga sus pasos.
Elizabeth, digo yo, debió pasar esa página hace tiempo, olvidar sus heroicas ensoñaciones socialistas oyendo lela a Regis Debray relatar su hazaña en Bolivia y con la cautela del caso al Comandante Ilich Ramírez sobre la Guerra de Argelia, el Mayo Francés y las turbulencias del Golfo Pérsico. Claro que la pasó, pero la página con el dobladillo en la esquina del libro de Petkoff (cualquiera de ellos, claro, ya qué carajo importa), se le engatilló en los neurotransmisores y en las papilas gustativas; de modo que cuando escribe en el diario del Abuelo Desalmado sus “Vamos a Dale” (no podía llamarse de otro modo su columna en Tal Cual), dispara y no hay neuroterapia que le haya valido; y así, yerta de líbido, se imagina que los chavistas no nos amuñuñanos con nuestras parejas cuando despunta el alba, ni echamos vainas con juguetes eróticos, ni comemos dulce de leche con raspadura de limón y no hacemos el 69, la manigueta coriana o el Orillo e cama, porque Alo Presidente sólo nos permite una acción hazañosa con la mano, como decía el Maestro Gregorio Marañón, esa mano que surge de entre las nubes. No nos mires desde tu lecho seco, s’il vous plait! Cuán lejos estás del goce revolucionario, Eliza; de la machaca bolivariana. Tú que te lo pierdes, por andar oliendo tufos de viejos y rancias ideologías!
El último cocimiento de rencor contra Lina Ron que descargó en el diario de su Abuelo Desalmado, no es tampoco un cosmo de originalidades inimitable, que supere o no el horror desfasado de Roberto Giusti, o los comentarios de esa bailarina en decadencia llamada Marienella Salazar: por lo que a mi me huele, Elizabeth ahora bebe Anís Cartujo al natural para evocar el Pastís del Barrio Latino y así mascullar sus penas taciturnas e históricas.
Au revoir, Eliza!

lunes, 31 de enero de 2011

LA DERECHA. Federico Ruiz Tirado

LA DERECHA
Federico Ruiz Tirado
Acaso la oposición venezolana goce de cierto entronque ideológico con el ultra conservadurismo, como corresponde las derechas del planeta, que se cuelgan de sus ramajes medievales y por comodidad filosófica, diría M. Rosales, a veces hacen tierra en alguna porción del legado de Pío XXII (seguro es el caso de Ramón Guillermo Aveledo); o de los conspicuos idearios de Jean Marie Le Pen o Carl Schmitt, o del antropoide Diego Portales, que inspiró a Pinochet y cuyo retrato aún figura invicto entre los emblemas de una clase media chilena enganchada al pasado.
Me corto una oreja si Sor María Corina, en sus ratos libres, no fotocopiará las enseñanzas de Alberto Adriani para remozar la cultura obrero-masoquista de A. Velásquez, que delirará con la instauración en Venezuela de las escuelitas Realschules, como métodos Adrianista para aparear a los germanos con los criollos y así, todos catiritos y jamaos, encarar el porvenir de la industria criolla. Vaya que oferta, debe pensar Velásquez para lanzar una ley de reemplazo de las Misiones Sociales: “Ahora sí me lo voy a comer en la MUD!”
Hago este rastreo detectivesco-antropológico porque he estado recordando el Tejerazo español para no olvidar el Carmonazo. En ambos está fríamente calculada la negación a la libertad y la intolerancia de quienes, perniciosos, reos de sus malestares de conciencia, alucinados de odio, desean volver añicos la utopía con la que a diario vivimos en el pueblo llano.

lunes, 24 de enero de 2011

EL CODIGO PETKOFF MALEC

EL CODIGO PETKOFF MALEC
Federico Ruiz Tirado

Sé de muchos que todavía intentan descifrar el código Petkoff Malec como si éste fuera el Rodion Raskolnikov de Crimen y Castigo, pero convertido en una fierilla apócrifa que nunca emergió de la deslumbrante psique de Dostoievski y se quedó atascada en su tragedia edípica o en el soliloquio que muestran Los Robertos. Supongamos que ni el carbono 14, aplicado severamente a la materia gris de este egregio ideólogo de la Agenda Venezuela (léase: entrega al FMI, privatizaciones a granel, eliminación de la seguridad social), sea suficiente para penetrarlo (al código, ojo) y así saber al dedillo la edad y su gustico por el neoliberalismo y otras perversiones conocidas, bastaría conformarnos con el caudal de signos de su campo verbal y escrito.
Tan locuaz como Monseñor Porras o Nitu Pérez Osuna cuando el demonio chavista ronda sus fueros; o como un otoñal Temístocles presa de su propia traición al pueblo ateniense y entregado en cuerpo y alma al imperio (norteamericano); este reverbero filosófico y procaz de la Derecha nacional no lleva la culpa para mostrar sus miserias y el padecimiento público de su propia metáfora de Cordiplan, bautizada por él en 1997 como “el síndrome de la Paloma”, que me agarró fuera de base porque no lo creí capaz de una lectura de los Idus de Marzo tan interesada para justificar el impacto de las medidas fondomonetaristas y su inmortal “estamos mal, pero vamos bien”.
Y así, guiados todos por él, ese Código Petkoff Malec no es tan inescrutable como parecía ser el insólito caso de su difunta madre y los entretelones delincuenciales de la sucesión Petkoff e Inversiones Foktep: un caso típico de estafa al fisco nacional que por ahí jumea sin pudor alguno. Por eso, el motivo profundo de la agresión a Pastor Maldonado esconde su insuperable odio al Presidente Chávez, esa envidia histérica que arrastra su historia.
Más jala bolas serán sus posaderas, señor Tal Cual!!

viernes, 21 de enero de 2011

Borges, Alias el Regalado

Estoy seguro que se trata de una nueva engañifa, esta vez acompasada por dos urgencias: una, la de salvaguardarla de toda inverosimilitud (por eso el suspenso, el ceño fruncido, el manotazo al camarada Fernando Soto Rojas, la alusión a PP (Pablo Pueblo), las cifras, las acusaciones a Diosdado, la patulequera contra Chávez); otra, la teatralización y la embestida tomadas de la mano como si el Hemiciclo le hubiese reservado desde el 2007 una patente de corso, con sueldo y viáticos incluidos para echar vaina e irradiar sus morisquetas a Rajoy, al Departamento de Estado norteamericano, a su embajada en Las Mercedes y a la ultraderecha chilena, fuentes donde debe figurar en sus generosas y solidarias Partidas, destinadas a sufragar sus modales y acciones golpistas contra nuestra Patria. A Julio Borges Diosdado lo agarró fuera de base porque sujetos como él, creen que el órgano del burro es trompeta. Debo, sin embargo, anticiparme a aclarar que aun cuando su picardía “justiciera” presenta tales aires histriónicos, como los de Sor María Corina, que nadie se llame a engaños: abrumado por su odio a la Revolución Bolivariana y sabiéndose “súbdito” de la investidura de Fernando Soto Rojas, que es un emblema de humanidad a quien Borges desearía volver cenizas, la intencionalidad política de este individuo tiene el mismo sello de lucha clases que brilla en los ojos megalíticos de Sor María Corina. Presidente Chávez, no son adversarios: son enemigos de la revolución y de las clases populares y trabajadoras que hoy, junto a usted, llevan el timón del barco hacia el socialismo. Qué diálogo ni que niño muerto, como dicen los viejos españoles!
La miserable y corrosiva historia de Borges no puede exhibirse como la postalita de un cascarrabias. Hay que desmenuzarla sin eufemismos, pues dentro de él cohabitan el “regalado” de la Pdvsa golpista, el camorrerismo de Pablo Medina, el espíritu justiciero de Mr. Mazuco, los talantes guarimberos de Leopoldo López y Capriles Radonsky y del ahora copeyano Carlos Melo: una especie de Tradición, Familia y Propiedad ataviada con tatuajes, flores de bach y pulseritas rosadas.
Mosca todo el mundo!

martes, 18 de enero de 2011

CHAVEZ EN LOS OJOS DE MARIA CORINA

CHAVEZ EN LOS OJOS DE MARIA CORINA

Federico Ruiz Tirado
El reconocimiento del que goza el Presidente Chávez como un prolijo, sagaz, brillante y lúdico orador, capaz de provocar con las palabras complejos y cruzados sentimientos en quienes lo escuchan, e incluso en aquellos que se hacen los oídos sordos frente a su discurso, no es un asunto inexplorado. Ese rasgo le ha valido motes y atributos que él mismo convierte en motivos aún más enigmáticos y a veces sobrenaturales, por decir lo menos. El 15-E, en un claro mensaje a la cohorte de Washington que capitanea María Corina Machado, dijo, por ejemplo, no ser el demonio que le endosan y la diputada desde luego le creyó, pues ella misma visitó una vez al propio Satanás y partió un comino con él. Si algún veredicto del fragor de ese día resulta inapelable es aquel que le otorga al Comandante Chávez otro poder inextinguible, ese que para García Márquez es el imperio de las palabras.
Olvidémonos por un momento de los viajeros apátridas, tan unsulsos como Petkoof o Miguel E. Otero; del refosilizado Andrés Velásquez y del papanatas de Julio Borges o del melindroso de Don Ramón Guillermo Aveledo. Echémoslos a un lado para centrarnos en la rigidez pétrea de María Corina Machado, su rostro, sus ojos, su formato vestido de blanco, sentada allí frente a ese leviatán de la oralidad. Impecablemente indefensa, sorprendida de lo que no fue capaz de comprender de ella misma, pero disimulando acaso su voluntad de sacrificarse por el fracaso de la gesta independentista de Ismael García y otros en la OEA. Es ella el símbolo inequívoco de la desestabilización, del anhelo de torcerle el brazo a la revolución bolivariana y a Hugo Chávez, de la lucha de clases y, también, claro, de cómo mantener depilada para siempre las piernas que habrá de mostrar ante quien esté dispuesto a depositar en las cuentas de SUMATE para hacernos regresar a las tinieblas.
Chávez es el símbolo de la independencia, de la ruptura con el pasado oscuro de la IV República. Machado lo es del coloniaje, del ultraje, del flash back de Pedro Carmona y de los familiones de apellidos.
Chávez firmó la Constituyente de 1999. Machado el decreto golpista. No hay lugar a dudas: no es la comparsita que a veces se acobija en su sombra, ni el arquetipillo facial del diputado Marquina. Es Machado el símbolo de las insospechadas pulsiones queriendo herir la patria. Por eso sus ojos puestos en él.